La cerveza caliente constituye una variante de esta bebida típicamente destinada sobre todo al consumo en las épocas con más bajas temperaturas del año en los países como el Reino Unido, Alemania y Polonia, entre otros.
En este artículo hablaremos sobre los estilos de cerveza adecuados para beber y la utilización como remedios caseros para curar distintas afecciones. Así que olvídate hoy de la cerveza fría. Sigue leyendo
Historia de la cerveza caliente
Durante los duros inviernos europeos, los viajeros exhaustos buscaban refugio de las inclemencias del tiempo en diversas tabernas y posadas.
Estos lugares no solo les ofrecían protección contra el frío implacable, sino también un menú de comidas calientes que les permitía recargar energías para continuar su viaje.
Fue en estos acogedores establecimientos donde se documentó por primera vez la existencia de la cerveza caliente.
Este híbrido nació de una mezcla de leche, cereales y otros ingredientes con cerveza, dando lugar a una sustancia espesa y nutritiva parecida más a una sopa que a una cerveza tradicional.
Los lugareños, profundos conocedores de los secretos de sus tierras, encontraron en la cerveza caliente una solución perfecta para saciar el hambre y combatir el frío.
Curiosamente, esta peculiar bebida tenía ciertas similitudes con el vino caliente, una especialidad muy valorada en España.
Al igual que su homólogo español, la cerveza caliente era considerada en la sabiduría popular como poseedora de propiedades medicinales, convirtiéndose en un elixir para el cuerpo.
Tipos de cerveza que se consumen calientes
Algunas cervezas pueden ofrecer una mejor experiencia cuando se sirven calientes, Veamos a continuación una selección de cervezas que son especialmente apreciadas en su versión caliente.
Barley Wine
Esta ale fuerte es conocida por su alto contenido alcohólico, que frecuentemente supera el 10%.
Tiene un perfil de sabor dulce y afrutado con toques de maltas, caramelo, toffee y frutos secos. Es común añadirle especias como canela, clavo y anís para realzar su gusto cuando se calienta.
Mulled Ale (Reino Unido)
Es una cerveza oscura y robusta que se enriquece calentándola con azúcar y una mezcla de cáscara de naranja con especias como canela, clavo y nuez moscada,
Esta cerveza caliente se consume principalmente durante la fiesta de Navidad o festividades invernales.
Glühbier (Alemania)
Preparada con cerveza de trigo o altamente maltosa, esta variedad se calienta junto con azúcar, limón, canela y clavo. Es típica en los mercados de Navidad
Grzane Piwo (Polonia)
Se hace con cerveza clara o ámbar y se calienta con adiciones de miel, jengibre, canela y clavo. Popular para los días de resfriado o malestar general.
Glühkriek (Bélgica)
Una versión caliente de la tradicional cerveza Kriek, que incluye fermentación espontánea con cerezas. Se sirve comúnmente en invierno y puede llevar especias que recuerdan a las utilizadas en el Glühbier.
Sahti (Finlandia)
Estilo tradicional de Finlandia, se sirve tibia y se elabora con una combinación de granos como cebada, centeno y trigo, aromatizada con bayas de enebro en vez de lúpulo.
Kvass (Rusia y Europa del Este)
Aunque técnicamente no es una cerveza, el Kvass es una bebida fermentada ligeramente alcohólica hecha de pan negro. Se disfruta a temperatura ambiente o ligeramente caliente, ideal para los días de grados bajo cero.
Estas cervezas no solo brindan calor en los días fríos, sino que también encarnan la rica herencia de la cultura de sus regiones.
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Uso de Cerveza Caliente en Remedios Caseros
En la Edad Media, así como en otros periodos históricos, la cerveza era vista como una “medicina divina”, atribuyéndosele múltiples beneficios para la salud.
Se pensaba que, consumida con moderación, podía estimular el sistema inmunitario, proteger el corazón y reducir el riesgo de diabetes.
Figuras históricas como Hildegard von Bingen y Paracelso, destacaron sus propiedades regenerativas, y la describían como una medicina divina contra la enfermedad.
Las recetas de la época incluían cerveza caliente con miel para combatir resfriados, promoviendo la sudoración y el descanso, además de usarse para aliviar el insomnio.
Se creía también que ayudaban a facilitar la respiración y aliviaba dolores, fortaleciendo el sistema inmunitario, particularmente en climas fríos y húmedos.
La cerveza también aporta aminoácidos esenciales, azúcares digeribles, minerales como silicio, magnesio, fósforo y potasio, y vitaminas del grupo B.
Los antioxidantes polifenoles presentes en la cerveza se asociaban con la protección contra enfermedades cardíacas, artritis y ciertos tipos de cáncer.
Es Importante saber que muchas de estas prácticas se basaban en la sabiduría popular y la medicina tradicional de aquel tiempo y no necesariamente reflejan el entendimiento médico contemporáneo.
Sin embargo, el uso de la cerveza caliente como remedio casero ofrece un ejemplo interesante de cómo las culturas antiguas encontraban soluciones prácticas y reconfortantes.
Conclusión
A lo largo de la historia, la cerveza caliente ha tenido su lugar en las tradiciones culinarias y medicinales de diversas culturas.
Ha sido una opción apreciada por sus cualidades terapéuticas, considerada por muchos como una panacea cuando la medicina moderna aún no existía.
Aunque hoy en día la ciencia médica moderna pueda cuestionar algunas de estas antiguas creencias, no se puede negar el arraigo cultural. Cheers!